Una vez mas, como siempre, me debo a mi publico y lo menos que se espera de un servidor es que satisfaga todos y cada uno de los pedidos recibidos, así es que aquí me tienen otra vez forzando a esa maldita musa que, por cierto, no me ha visitado por largo tiempo y a la que he amenazado de despedir para siembre si esta vez no nos vuelve a distraer un rato maquillando este relato de nuestra ultima aventura...
Esta vez y dado el tiempo que pasó me veo casi en la obligación de antes de entrar en el texto mismo, hacerle llegar los saludos pertinentes del caso a una de las integrantes de este humildísimo equipo, asunto sobre el que volveré en párrafos sucesivos, que luego de una terrible caída que otrora le costara su clavícula y que, obviamente dejara algunos efectos colaterales, está recuperándose bastante bien. Por favor no me malinterpreten, quiero decir, no esta mejor que antes... Sin embargo, no me arriesgaría a decir lo contrario. Así que desde este humilde espacio virtual un especial saludo del resto del equipo a Euge.
Si, ya sé que suena difícil, pero no se preocupen, fue escrito con toda intención de eventualmente obligarlos a releer el párrafo una y otra vez hasta que le encuentren el sentido.
Bueno ahora si, entrando de lleno al evento que diera motivo de este relato debemos remontarnos hasta el pasado Domingo 12 de Septiembre.
El día amaneció despejado y fresco y cerca de las 7:00 empecé, como casi todos los que asistimos, a prepararme para encarar la ultima carrera de la triada propuesta por el Rally Serie del Banco Hipotecario, así fue que arrancamos con rumbo sud-oeste para llegar luego de un largo viaje al Campamento y Vivero Municipal de Cazón a escasos 15 kilómetros de la ciudad de Saladillo.
Antes de adelantar el relato al efectivo desarrollo de la carrera me voy a detener en los sucesos acontecidos tratando, como es fiel a mi estilo, de mantener el orden cronológico de los mismos.
Ya cerca de las 8:00 estaba llamando a mi socio / amante / ocasional pareja o como quieran llamarlo para avisarle que me acercaba raudo y veloz a su domicilio para sugerirle que fuera bajando con su corcel de aluminio.
Sin alejarnos siquiera un ápice de lo que habíamos programado, cargamos el portaequipaje y marchamos rápidamente al encuentro de Rober y Flor que con una puntualidad suiza nos esperaban en la esquina de Alberdi y Av. La Plata, prontos todos, nos dispusimos en búsqueda de la ultima integrante del viaje... Tiberio.
Nuevamente y cuando el mate ya había empezado a circular, encaramos rápidamente con rumbo hacia el oeste, hacia nuestro ultimo punto intermedio en este viaje, Cañuelas, donde nos reuniriamos con el resto del equipo.
Y bueh... todo no podía ser perfecto.
El clima comenzó a desmejorar y el fresco surgió de entre las nubes... digan que cuando uno esta con amigos el tiempo pasa mas rápido, el frío no se siente y todo se hace llevadero...
Y se hizo suficientemente llevadero, tanto que, se nos paso volando la hora y pico que esperamos que el líder de nuestro equipo arriara al resto de nuestros compañeros hasta el punto de reunión.
Aclaro que para ese momento además de Seba, July, Rober, Flor, Romi y quien suscribe, también se habían hecho presentes Carlitos y Laurita quienes a esta altura luchaban a brazo partido por que el portaequipaje no transformara la tan esperada experiencia carreril en una carrera pedestre, por haber perdido las bicis en el viaje.
Bueno, de nuevo en ruta llegamos a Cazón con alguna demora, prácticamente imperceptible si uno no tiene reloj, porque si lo tiene, como en nuestro caso, uno percibe rápidamente que solo estábamos a poco más de 30 minutos de la largada...
En fin, a las corridas nos preparamos y llegamos justo justo a la largada de nuestra categoría, obviamente sin precalentamiento alguno y a 160 bpm (pulsaciones por minuto) cosa que ya de por si complicaba aún más el tramite de la largada que de por si representa una situación de stress a la que uno a la fuerza se acostumbra, aun sabiendo, como nosotros, que no salimos a buscar ningún podio, simplemente mejorar, individualmente y por supuesto y sin lugar a dudas como equipo.
Bueno... listos... dispuestos a esperar la voz de largada hasta el momento en que mi inseparable compañero se da cuenta que justo ahí no tenía el casco... se lo había olvidado en el auto.
Les confieso que nunca participe en una largada así y no me refiero al hecho de quedarse solo en la partida viendo las espaldas del resto de los competidores alejarse... Me refiero al respaldo incondicional de nuestras esposas, a las lagrimas y a la angustia a las que fueron sometidas y toda la energía puesta en nuestros hombros en esos momentos, en la llegada desesperada de Seba con su casco a medio poner y pese a eso a una situación claramente negativa nos sobrepusimos y salimos... solos y últimos pero salimos.
El capitulo que viene a continuación es quizás el mas duro por el que pasamos pero viéndolo hoy en forma retrospectiva cada minuto me convenzo mas que un gran equipo no es una suma brutal de individualidades, es un equipo en todo sentido y el complemento de cada uno de sus integrantes con el resto es lo que hace que un equipo, aun terminando prácticamente últimos, sea exitoso!
Bien, una vez arrancada la carrera sin la demarcación necesaria y por haber doblado a la izquierda en vez de a la derecha nos encontramos perdidos y desorientados sin encontrar el camino. Habíamos hecho mas de 3 kilómetros cuando decidimos detener la marcha y replantear la carrera cuando por fin concluimos que ese no era el camino... les aseguro que puede sonar gracioso ahora pero nada mas lejos de serlo en ese momento. Mientras deliberábamos, encima sufrimos una caída. (no lo había dicho pero Seba esta en el proceso de estreno de sus pedales automáticos, cosa que justifica ampliamente la caída) al mismo tiempo que uno de sus frenos se descalibra y le frena prácticamente la rueda trasera de su bicicleta, entre discusiones decidimos si valía la pena abandonar o seguir buscando el camino.
Ya dispuestos a abandonar la prueba porque todo se nos había hecho cuesta arriba, metafóricamente, y al momento de gastar nuestro ultimo cartucho una mujer nos orienta y nos dice se fueron por allá... vaya ayuda! Como pudimos, tratando de reponernos del golpe psicológico, arrancamos a recorrer los primeros metros de un circuito de poco mas de 50 kilómetros, cuando nuestras computadoras ya marcaban alrededor de 6 kilómetros recorridos en vano.
Si, ya habíamos resuelto el tema del freno y por eso nos sentimos en condiciones, sin embargo no evaluamos la posibilidad de contar con otro freno... el viento y el terreno.
Una vez comenzada la recorrida por la tierra confirmamos que no era tierra, era una rara mezcla de arena y tierra que formaban una suerte de engrudo humedecido por la lluvia que había caído el viernes anterior y que en ciertos tramos se transformaba en un verdadero barrial.
Seguimos recorriendo el circuito con la firme convicción de terminar la carrera, no por el resultado, no por el tiempo solo por la gloria de terminar.
Y aun a riesgo de exagerar, les confieso que la largada con todos los acontecimientos acaecidos era un motivo mas que fuerte para abandonar pero un equipo que se precie va a dejar todo antes de hocicar y volver frustrados y vencidos en vez de exultantes y triunfadores porque pese a todo no terminamos últimos!!!!
Bueno, así se desenvolvió casi toda la prueba con barro y viento con escasos tramos rápidos y una gran mayoría, casi interminable, pedaleados a no mas de 15-18 km/h. Les aseguro que tan poca era la inercia de las bicis que obligados por las condiciones tuvimos que pedalear prácticamente los 50 kilómetros sin poder parar, porque el simple hecho de parar de pedalear hacia que las bicis se detuvieran.
Y cuando ya se nos empezaba a aflojar la cabeza, y empezábamos a pensar lo peor, que no llegaríamos, nos encontramos con el aliento incondicional de nuestro Support Team en la mismísima entrada al vivero.
Los que me conocen sabrán que ese aliento es suficiente para pedalear otros 10 kilómetros a 190 bpm y así fue, ya adentro del vivero junto con Sandrita, a quien la habíamos encontrado 500 metros antes, pedaleamos un poquito más rápido para cargarnos también al ultimo pelotón y llegamos al grito casi constante de “vamos que faltan 200 metros” hasta la llegada que fue coronada con aplausos y gritos de mucha mas gente de la que esperábamos.
Francamente, les confieso que, no me atrevo a enumerar toda esa gente para evitar reproches posteriores, sin embargo no quiero de dejar de agradecer, porque les aseguro que ese aliento de los últimos 10 segundos cuando con Seba nos agarramos fue como tocar el cielo con las manos después de un esfuerzo de esta magnitud.
Para ir cerrando ya esta nueva experiencia quiero agradecerles una vez mas a todos y cada uno de los amigos que estuvieron ahí alentando y que pese a todo nos felicitaron casi como fuéramos los “primeros de la general”, Flor, Gus, Rober, Laura, Carlitos, Juancho, Dimitri, Alvaro, Sandra, Gaby y por supuesto no podría permitirme olvidarme de mis amigos Seba y July y por supuesto de mi esposa Romi. Espero no haberme olvidado de nadie y si ese fuera el caso desde ya aprovecho para pedirles, me disculpen.
El tiempo, una vez más, anecdótico poco más de 3 horas... pero la gloria de haber llegado en esas condiciones no se puede comprar... No hay nada que logre suplir, ni por ventura, la gloria del MTB Gourmet Team que incompleto, solo con cuatro de sus integrantes, hizo su debut oficial en esta carrera con nuestras remeras oficiales y que hasta logro interrumpir la entrega de premios para ser mencionado por los altoparlantes, en voz de la organización.
Como siempre aprovecho esta nueva oportunidad para hacerles llegar un afectuoso saludo a todos y cada uno de mis fieles lectores y por supuesto a mis co-equipers.
Esta vez y dado el tiempo que pasó me veo casi en la obligación de antes de entrar en el texto mismo, hacerle llegar los saludos pertinentes del caso a una de las integrantes de este humildísimo equipo, asunto sobre el que volveré en párrafos sucesivos, que luego de una terrible caída que otrora le costara su clavícula y que, obviamente dejara algunos efectos colaterales, está recuperándose bastante bien. Por favor no me malinterpreten, quiero decir, no esta mejor que antes... Sin embargo, no me arriesgaría a decir lo contrario. Así que desde este humilde espacio virtual un especial saludo del resto del equipo a Euge.
Si, ya sé que suena difícil, pero no se preocupen, fue escrito con toda intención de eventualmente obligarlos a releer el párrafo una y otra vez hasta que le encuentren el sentido.
Bueno ahora si, entrando de lleno al evento que diera motivo de este relato debemos remontarnos hasta el pasado Domingo 12 de Septiembre.
El día amaneció despejado y fresco y cerca de las 7:00 empecé, como casi todos los que asistimos, a prepararme para encarar la ultima carrera de la triada propuesta por el Rally Serie del Banco Hipotecario, así fue que arrancamos con rumbo sud-oeste para llegar luego de un largo viaje al Campamento y Vivero Municipal de Cazón a escasos 15 kilómetros de la ciudad de Saladillo.
Antes de adelantar el relato al efectivo desarrollo de la carrera me voy a detener en los sucesos acontecidos tratando, como es fiel a mi estilo, de mantener el orden cronológico de los mismos.
Ya cerca de las 8:00 estaba llamando a mi socio / amante / ocasional pareja o como quieran llamarlo para avisarle que me acercaba raudo y veloz a su domicilio para sugerirle que fuera bajando con su corcel de aluminio.
Sin alejarnos siquiera un ápice de lo que habíamos programado, cargamos el portaequipaje y marchamos rápidamente al encuentro de Rober y Flor que con una puntualidad suiza nos esperaban en la esquina de Alberdi y Av. La Plata, prontos todos, nos dispusimos en búsqueda de la ultima integrante del viaje... Tiberio.
Nuevamente y cuando el mate ya había empezado a circular, encaramos rápidamente con rumbo hacia el oeste, hacia nuestro ultimo punto intermedio en este viaje, Cañuelas, donde nos reuniriamos con el resto del equipo.
Y bueh... todo no podía ser perfecto.
El clima comenzó a desmejorar y el fresco surgió de entre las nubes... digan que cuando uno esta con amigos el tiempo pasa mas rápido, el frío no se siente y todo se hace llevadero...
Y se hizo suficientemente llevadero, tanto que, se nos paso volando la hora y pico que esperamos que el líder de nuestro equipo arriara al resto de nuestros compañeros hasta el punto de reunión.
Aclaro que para ese momento además de Seba, July, Rober, Flor, Romi y quien suscribe, también se habían hecho presentes Carlitos y Laurita quienes a esta altura luchaban a brazo partido por que el portaequipaje no transformara la tan esperada experiencia carreril en una carrera pedestre, por haber perdido las bicis en el viaje.
Bueno, de nuevo en ruta llegamos a Cazón con alguna demora, prácticamente imperceptible si uno no tiene reloj, porque si lo tiene, como en nuestro caso, uno percibe rápidamente que solo estábamos a poco más de 30 minutos de la largada...
En fin, a las corridas nos preparamos y llegamos justo justo a la largada de nuestra categoría, obviamente sin precalentamiento alguno y a 160 bpm (pulsaciones por minuto) cosa que ya de por si complicaba aún más el tramite de la largada que de por si representa una situación de stress a la que uno a la fuerza se acostumbra, aun sabiendo, como nosotros, que no salimos a buscar ningún podio, simplemente mejorar, individualmente y por supuesto y sin lugar a dudas como equipo.
Bueno... listos... dispuestos a esperar la voz de largada hasta el momento en que mi inseparable compañero se da cuenta que justo ahí no tenía el casco... se lo había olvidado en el auto.
Les confieso que nunca participe en una largada así y no me refiero al hecho de quedarse solo en la partida viendo las espaldas del resto de los competidores alejarse... Me refiero al respaldo incondicional de nuestras esposas, a las lagrimas y a la angustia a las que fueron sometidas y toda la energía puesta en nuestros hombros en esos momentos, en la llegada desesperada de Seba con su casco a medio poner y pese a eso a una situación claramente negativa nos sobrepusimos y salimos... solos y últimos pero salimos.
El capitulo que viene a continuación es quizás el mas duro por el que pasamos pero viéndolo hoy en forma retrospectiva cada minuto me convenzo mas que un gran equipo no es una suma brutal de individualidades, es un equipo en todo sentido y el complemento de cada uno de sus integrantes con el resto es lo que hace que un equipo, aun terminando prácticamente últimos, sea exitoso!
Bien, una vez arrancada la carrera sin la demarcación necesaria y por haber doblado a la izquierda en vez de a la derecha nos encontramos perdidos y desorientados sin encontrar el camino. Habíamos hecho mas de 3 kilómetros cuando decidimos detener la marcha y replantear la carrera cuando por fin concluimos que ese no era el camino... les aseguro que puede sonar gracioso ahora pero nada mas lejos de serlo en ese momento. Mientras deliberábamos, encima sufrimos una caída. (no lo había dicho pero Seba esta en el proceso de estreno de sus pedales automáticos, cosa que justifica ampliamente la caída) al mismo tiempo que uno de sus frenos se descalibra y le frena prácticamente la rueda trasera de su bicicleta, entre discusiones decidimos si valía la pena abandonar o seguir buscando el camino.
Ya dispuestos a abandonar la prueba porque todo se nos había hecho cuesta arriba, metafóricamente, y al momento de gastar nuestro ultimo cartucho una mujer nos orienta y nos dice se fueron por allá... vaya ayuda! Como pudimos, tratando de reponernos del golpe psicológico, arrancamos a recorrer los primeros metros de un circuito de poco mas de 50 kilómetros, cuando nuestras computadoras ya marcaban alrededor de 6 kilómetros recorridos en vano.
Si, ya habíamos resuelto el tema del freno y por eso nos sentimos en condiciones, sin embargo no evaluamos la posibilidad de contar con otro freno... el viento y el terreno.
Una vez comenzada la recorrida por la tierra confirmamos que no era tierra, era una rara mezcla de arena y tierra que formaban una suerte de engrudo humedecido por la lluvia que había caído el viernes anterior y que en ciertos tramos se transformaba en un verdadero barrial.
Seguimos recorriendo el circuito con la firme convicción de terminar la carrera, no por el resultado, no por el tiempo solo por la gloria de terminar.
Y aun a riesgo de exagerar, les confieso que la largada con todos los acontecimientos acaecidos era un motivo mas que fuerte para abandonar pero un equipo que se precie va a dejar todo antes de hocicar y volver frustrados y vencidos en vez de exultantes y triunfadores porque pese a todo no terminamos últimos!!!!
Bueno, así se desenvolvió casi toda la prueba con barro y viento con escasos tramos rápidos y una gran mayoría, casi interminable, pedaleados a no mas de 15-18 km/h. Les aseguro que tan poca era la inercia de las bicis que obligados por las condiciones tuvimos que pedalear prácticamente los 50 kilómetros sin poder parar, porque el simple hecho de parar de pedalear hacia que las bicis se detuvieran.
Y cuando ya se nos empezaba a aflojar la cabeza, y empezábamos a pensar lo peor, que no llegaríamos, nos encontramos con el aliento incondicional de nuestro Support Team en la mismísima entrada al vivero.
Los que me conocen sabrán que ese aliento es suficiente para pedalear otros 10 kilómetros a 190 bpm y así fue, ya adentro del vivero junto con Sandrita, a quien la habíamos encontrado 500 metros antes, pedaleamos un poquito más rápido para cargarnos también al ultimo pelotón y llegamos al grito casi constante de “vamos que faltan 200 metros” hasta la llegada que fue coronada con aplausos y gritos de mucha mas gente de la que esperábamos.
Francamente, les confieso que, no me atrevo a enumerar toda esa gente para evitar reproches posteriores, sin embargo no quiero de dejar de agradecer, porque les aseguro que ese aliento de los últimos 10 segundos cuando con Seba nos agarramos fue como tocar el cielo con las manos después de un esfuerzo de esta magnitud.
Para ir cerrando ya esta nueva experiencia quiero agradecerles una vez mas a todos y cada uno de los amigos que estuvieron ahí alentando y que pese a todo nos felicitaron casi como fuéramos los “primeros de la general”, Flor, Gus, Rober, Laura, Carlitos, Juancho, Dimitri, Alvaro, Sandra, Gaby y por supuesto no podría permitirme olvidarme de mis amigos Seba y July y por supuesto de mi esposa Romi. Espero no haberme olvidado de nadie y si ese fuera el caso desde ya aprovecho para pedirles, me disculpen.
El tiempo, una vez más, anecdótico poco más de 3 horas... pero la gloria de haber llegado en esas condiciones no se puede comprar... No hay nada que logre suplir, ni por ventura, la gloria del MTB Gourmet Team que incompleto, solo con cuatro de sus integrantes, hizo su debut oficial en esta carrera con nuestras remeras oficiales y que hasta logro interrumpir la entrega de premios para ser mencionado por los altoparlantes, en voz de la organización.
Como siempre aprovecho esta nueva oportunidad para hacerles llegar un afectuoso saludo a todos y cada uno de mis fieles lectores y por supuesto a mis co-equipers.
Será hasta la próxima que, espero, no se haga desear tanto como esta...
4 comentarios:
IMPECABLE COMO SIEMPRE, EL RELATO DE MR. HYDE.
YO VULEVO A DECIR LO QUE DIJE CUANDO TERMINAMOS LA CARRERA....
"...ME LLEVO LO MEJOR DE ESTO COMO EXPERIENCIA, PRIMERO LA AMISTAD, EL APOYO Y LA CONTENCION..."
LA DUPLA LOPEZ-HADAD DEMOSTRO QUE PUEDE LLEGAR A LA META A PESAR DE ENCONTRARCE EN/CON LAS PEORES CONDICIONES...POR QUE??
PORQUE REALMENTE SON UN QUIPO Y ANTES QUE ESO SON AMIGOS, PALABRA ENORME, QUE PARA LOS QUE ME CONOCEN SABEN QUE NO LA USO FRECUENTEMENTE.
GRACIAS SEBA, TE QUIERO MUCHO CABEZON.
FELICITACIONES!!
Esa misma noche, después de la carrera tuve la posibilidad de ver parte de la filmación.
Comencé viendo la largada tan traumática que tuvieron los Sebas. Sinceramente, nadie, salvo ellos, podrá entender jamás porqué no bajaron los brazos. Yo lo hubiera hecho.
Realmente es desolador ver las imágenes y escuchar el relato de los chicos.
Que la hayan remado, que hayan luchado contra el viento y el camino, que hayan llegado hacen que los admire cada día más.
Y com bien dice Mr. Hyde, no son solo 2 corredores, son 2 amigos que corren. Y esto es muy diferente.
Los quiero chicos!!!
Esperen que me seco las lágrimas xq asi no puedo escribir...
Ahora si, vuelvo a decir que, después de Tandil, pensé que nada me iba a hacer sufrir tanto. Me equivoqué.
Realmente los admiro por la fuerza de voluntad. Para ustedes es importante el apoyo, para nosotras, no saben la inmenza felicidad que es verlos llegar, verlos hacer el esfuerzo de luchar contra todo.
Seba, impecable el relato!!
Besos!!!
Juli
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